Muy buenas a todo aquel que vea esta vigésimosegunda entrada de este blog, en la presente mencionaré un tema central para poder incentivar y mejorar los resultados de los alumnos en el proceso educativo: La motivación.
Es el objetivo de todo buen docente conseguir llevar a la práctica aquellas estrategias y procedimientos que hagan motivar a tus alumnos, para que estos esten más dispuestos a aprender, llevando al éxito el proceso de enseñanza-aprendizaje. La estrategia que presento en esta entrada es la que se denomina como "gamificación", el uso de juegos para presentar los contenidos que posteriormente serían mas desarrollados.
A través de este proceso, que tiene ciertos elementos vinculados con el aprendizaje por descubrimiento, se consigue que el alumno se sienta parrtícipe del proceso educativo, que sea consciente de su progreso, que el elemento competitivo del juego haga que tenga una mayor intención para esforzarse... En resumidas cuentas, se consigue que el alumno se implique con una mayor intensidad en el proceso educativo.
Pero esta estrategia no es todo bueno y perfecto, puesto que se requiere una mayor planificación por parte del profesor, que este tenga una serie de competencias y capacidades específicas para realizar un "juego" que combine de forma adecuada diversión, vistosidad y conocimientos.
Me parece que la gamificación "directa" (Uso de juegos creados por profesionales) e "indirectos" (Aquellos inventados por el profesor) tiene un futuro muy prometedor para hacer que la educación sea más motivadora, estratégica, competente y eficaz, coincidiendo con las características de un bueno docente y docencia.
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